25 DE NOVIEMBRE DE 2020 - DÍA INTERNACIONAL DE LA ELIMINACIÓN DE LA VIOLENCIA HACIA LAS MUJERES
Según el artículo 3 del Convenio de Estambul, firmado el 11 de mayo del 2011 y ratificado por España en el 06 de junio de 2014, se entiende por violencia contra la mujer, incluyendo en el término mujer a las niñas menores de 18 años, cualquier acto cometido por el hombre hacia ella por el mero hecho de serlo, independientemente de si existe o ha existido relación afectiva. Se consideran actos de violencia todos aquellos actos cometidos contra la integridad física, psicológica, sexual, económica, laboral, etc. Si atendemos a las cifras, sólo en España, se estima que la mitad de las mujeres han sufrido algún tipo de violencia machista a lo largo de su vida.
Este año, debido a la situación de crisis sanitaria y social provocada por el virus Covid-19, las situaciones de violencia contra la mujer, sobre todo la que sucede en el ámbito del hogar, se han visto agravadas y prácticamente invisibilizadas. Sin embargo, según fuentes oficiales, en lo que va de año, 41 mujeres han sido asesinadas (es importante tener en cuenta que en esa cifra no se incluyen a las mujeres asesinadas por hombres que no hayan tenido relación afectiva con ellas), dejando huérfanas y huérfanos a 23 menores, 6 menores han sido asesinados a manos de sus padres, se han presentado 40491 denuncias por violencia machista y se han producido 783 violaciones. Las cifras no engañan, esta es la otra pandemia, la pandemia invisible.
La violencia contra la mujer sólo tiene cabida en una sociedad patriarcal y antropocéntrica como en la que vivimos. No sólo es consecuencia de ésta, sino que esta la utiliza para perpetuase. Por eso es fundamental, para combatir esta lacra, empezar por cambiar la forma de entender la sociedad y ahí es donde juega un papel fundamental la educación, la concienciación y la sensibilización. Ahí es donde, nosotras, como agentes de cambio, en coordinación con el resto de profesionales, resultamos imprescindibles.
Las trabajadoras y trabajadores sociales, desde nuestra posición de relación directa con la sociedad, tenemos la obligación de realizar una labor de prevención, sensibilización y detección de las distintas situaciones de violencia contra la mujer. Además, resultamos fundamentales en los procesos de intervención con aquellas mujeres y niñas que ya han sido víctimas, mediante la realización de un buen diagnóstico social y la elaboración de un proyecto de intervención que les lleve a poder reintegrarse plenamente en la sociedad y evitar que se repitan las situaciones vividas.
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